martes, 26 de marzo de 2013

LLega este otro texto de Nancy Gundesen y la Escuela 47

PALABRAS DE EX ALUMNA
Hace un tiempo me llamaron para pedirme que dijera unas palabras como ex alumna, si bien esto de hablar en público no es lo que más me gusta y lo que mejor se hacer, sentí que era un compromiso placentero poder hacerlo. Y desde entonces, pensando en que estas palabras no fueran solo mías, es que me dediqué a preguntar a muchos ex alumnos que cosas sentían cuando pensaban en la ESCUELA 47. Y todos empezaban a contarme anécdotas. Como Josefa que me contó que si ella no era la arquera los varones no querían jugar al futbol, Amanda dice que todo lo que sabe hacer de manualidades y costuras lo aprendió acá de la mano de la Sra de CAbrera. Muchos nos acordábamos de las rondas y escondidas de los recreos, de los días que nos dejaban usar el tocadiscos para bailar; de pasar a buscar golosinas por lo de Machín o Lola o Richard (depende la edad que tengan), de lo divertido que fue armar chozas en el patio, de lo importante que nos sentíamos al ser elegidos para hacerle el té a las Seños, de las frutitas rojas que sacábamos a la pasada de la quinta de Don Guillermo. Otros se acordaban de los actos, del negocio de López en frente de la Escuela y de los Viernes que las maestras se iban a seminario, y las pasaban a buscar otras compañeras en un Torino y la más atrevida de mi salón les decía: Dale Seño sacate el guardapolvo así vemos que pinta te llevás a Tres Arroyos!!!
En lo personal me acuerdo de mi maestra la Señora Pocha. Cuando pidió licencia por maternidad, me dediqué a sobre escribir con azul todo lo que me había corregido la nueva maestra!!! Después del reto que me llevé, yo le dije que yo no quería maestra nueva!!!.parece que esa frase le gustó porque después fue mi maestra durante los 7 años!!!
Creo que todos tenemos un cofre, que va acompañándonos durante nuestra vida; en él se encuentran guardados nuestros recuerdos y momentos vividos. Y hoy, muchos abrimos ese cofre de la infancia, de nuestro paso por la escuela primaria. En estas historias que me contaron y que también viví, vemos que revelan momentos lindos compartidos; historias que transmiten un sentimiento hacia esta escuela como un lugarcito cálido, de luz, de apego, de ternura. Si hasta cuando vengo con mis alumnos del Jardín a compartir alguna actividad, tengo siempre unos cuantos que se quieren quedar acá!!!. Como dice Don Jorge Saenz Rosas la Escuela 47 es como una tacita de plata, es la más chiquita, valorada, con brillo propio, muy valiosa, una joyita.
Parece que todos los que pasamos por esta ESCUELA, pensamos que más allá del contrato fundacional que tiene toda Institución educativa que es la de enseñar, acá está bien marcado además otro hilo conductor: el del afecto, el de sentirse como en casa, en familia.
Y acá tengo que hacer un alto. Porque particularmente, la viví como mi segunda casa. Mi papá, nos contagió un gran cariño por esta escuela. Y le dedicó muchas horas, incluso antes que nosotros iniciáramos la primaria. Luchó y golpeó muchas puertas para lograr, por ejemplo, este Salón multiuso. Su desvelo fue lograr un lugar grande para cuando tuviéramos como hoy, una fiesta o como él decía “una festichola”. Y este sentimiento es el que quiero contagiar a las personas que transitan por este lugar: Todos nuestros sueños pueden convertirse en realidad si tenemos la valentía de perseguirlos.
Como dijo alguien…
Que la escuela sea siempre ese lugar que nos permita ampliar la ventana, por donde miramos el mundo…
NANCY GUNDESEN
Orense, 2012

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