PALABRAS DE EX ALUMNA
Hace un tiempo me llamaron para pedirme que
dijera unas palabras como ex alumna, si bien esto de hablar en público
no es lo que más me gusta y lo que mejor se hacer, sentí que era un
compromiso placentero poder hacerlo. Y desde entonces, pensando en que
estas palabras no fueran solo mías, es que me dediqué a preguntar a
muchos ex alumnos que cosas sentían cuando pensaban en la ESCUELA 47. Y
todos empezaban a contarme anécdotas. Como Josefa que me contó que si
ella no era la arquera los varones no querían jugar al futbol, Amanda
dice que todo lo que sabe hacer de manualidades y costuras lo aprendió
acá de la mano de la Sra de CAbrera. Muchos nos acordábamos de las
rondas y escondidas de los recreos, de los días que nos dejaban usar el
tocadiscos para bailar; de pasar a buscar golosinas por lo de Machín o
Lola o Richard (depende la edad que tengan), de lo divertido que fue
armar chozas en el patio, de lo importante que nos sentíamos al ser
elegidos para hacerle el té a las Seños, de las frutitas rojas que
sacábamos a la pasada de la quinta de Don Guillermo. Otros se acordaban
de los actos, del negocio de López en frente de la Escuela y de los
Viernes que las maestras se iban a seminario, y las pasaban a buscar
otras compañeras en un Torino y la más atrevida de mi salón les decía:
Dale Seño sacate el guardapolvo así vemos que pinta te llevás a Tres
Arroyos!!!
En lo personal me acuerdo de mi maestra la Señora Pocha.
Cuando pidió licencia por maternidad, me dediqué a sobre escribir con
azul todo lo que me había corregido la nueva maestra!!! Después del reto
que me llevé, yo le dije que yo no quería maestra nueva!!!.parece que
esa frase le gustó porque después fue mi maestra durante los 7 años!!!
Creo
que todos tenemos un cofre, que va acompañándonos durante nuestra vida;
en él se encuentran guardados nuestros recuerdos y momentos vividos. Y
hoy, muchos abrimos ese cofre de la infancia, de nuestro paso por la
escuela primaria. En estas historias que me contaron y que también viví,
vemos que revelan momentos lindos compartidos; historias que transmiten
un sentimiento hacia esta escuela como un lugarcito cálido, de luz, de
apego, de ternura. Si hasta cuando vengo con mis alumnos del Jardín a
compartir alguna actividad, tengo siempre unos cuantos que se quieren
quedar acá!!!. Como dice Don Jorge Saenz Rosas la Escuela 47 es como una
tacita de plata, es la más chiquita, valorada, con brillo propio, muy
valiosa, una joyita.
Parece que todos los que pasamos por esta
ESCUELA, pensamos que más allá del contrato fundacional que tiene toda
Institución educativa que es la de enseñar, acá está bien marcado además
otro hilo conductor: el del afecto, el de sentirse como en casa, en
familia.
Y acá tengo que hacer un alto. Porque particularmente, la
viví como mi segunda casa. Mi papá, nos contagió un gran cariño por esta
escuela. Y le dedicó muchas horas, incluso antes que nosotros
iniciáramos la primaria. Luchó y golpeó muchas puertas para lograr, por
ejemplo, este Salón multiuso. Su desvelo fue lograr un lugar grande para
cuando tuviéramos como hoy, una fiesta o como él decía “una
festichola”. Y este sentimiento es el que quiero contagiar a las
personas que transitan por este lugar: Todos nuestros sueños pueden
convertirse en realidad si tenemos la valentía de perseguirlos.
Como dijo alguien…
Que la escuela sea siempre ese lugar que nos permita ampliar la ventana, por donde miramos el mundo…
NANCY GUNDESEN
Orense, 2012
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