lunes, 20 de mayo de 2013

Club Alumni, de Silvia Valbuena

Quisiera reflejar con unas palabras lo que significó y significa para mi el Club Alumni. ¡El Club de mis amores podría decir!
Tengo vagos recuerdos de la construcción del gimnasio; el día de su inauguración, en 1961, yo tenía 10 años.
Luego vinieron los eventos sociales para juntar dinero: los bailes de carnaval con Carliños y su bandita (entre otros). En las cálidas noches de verano la gente salía a bailar afuera y llegaba hasta la esquina, que solo tenía las estructuras de lo que sería en un futuro la sede social. Eso hacían los mayores, mientras algunos pequeños (como yo y mi socio de travesuras Mangucho) juntábamos el papel picado pisoteado del suelo y se lo arrojábamos a los bailarines que nos increpaban mientras nosotros salíamos corriendo.
También pasaron por el Gimnasio Antonio Tormo, Jorge Cafrune , Los Chalchaleros ,Los Fronterizos, Landriscina, Horacio Guaraní, la Sole, Zapata. . .etcétera.
Ya adolescente en vez de molestar a los mayores pude salir a bailar. En un baile de Carnaval fui elegida Reina y luego Mis Alumni (según mi papá pesaba mucho en la elección que él fuera de la Comisión).
Pronto el Club necesitó crecer, y así vinieron las estructuras de cemento de la esquina, y las escaleras donde yo me sentaba a esperar a mi mamá que venía de trabajar.
Y cada vez eran mayores los eventos que se hacían para recaudar dinero. Así llegó LA NEGRITA DE LA SUERTE ¡Qué rifa! Se ponían los autos de los premios en exposición. La larga cola comenzaba en el Club y llegaba hasta el Monumento de la Madre. Era presidente del Club Ernesto Eguren. Los años de las distintas ediciones de la rifa figuran en mis recuerdos como los mejores .¡Cuánto trabajo, y cuánto entusiasmo!
Ya con 11 0 12 años llegó el Profesor Amadeo Gorri y con él comencé a practicar deportes, en especial básquet. Cuando nos tocaba jugar en Tres Arroyos íbamos todas en la caja de un camión. Siempre recordaré el gol en contra que hizo Ana María Keergaard en un partido contra Huracán.(Perdón por nombrarla pero semejante hazaña debe ser reconocida).
En ocasiones de celebrar algún acontecimiento en el pueblo desfilábamos cada grupo del Club con una identificación. Yo pertenecía a LOS BICHITOS BLANCOS y portaba el banderín, con apenas 4 añitos, Bichi Schmidt. Gorri fue una gran persona que hizo mucho en el Club y lograba ser muy querido. Yo cuento entre los recuerdos de la vida, el silbato de uso personal, que él me regaló. Tuve otros Directores Técnicos de los que también guardo buenos recuerdos: Pirincho Yanacone, Walter Murillo y Rulo Montenegro, actual presidente de la entidad.
Poco a poco se fue dando el crecimiento edilicio: cancha de Tenis, de pelota a paleta y todo gracias al esfuerzo de los orensanos. Este crecimiento iba acorde al desarrollo de las actividades deportivas. Como olvidar el torneo ANKER KEERGAARD desde sus comienzos. Siempre tengo presente la noche que luego de ganarlo fuimos en caravana hasta la casa de José Keergaard a llevarle la copa ya que él por una gripe no había concurrido al partido. Y cómo olvidar las largas colas para poder comprar anticipadamente las entradas en épocas de Regi Green. . . Eran épocas de gloria para el Basquet orensano. Tengo el mejor de los recuerdos de todos los jugadores. Por no cometer errores no los nombraré, sólo quisiera poner a todos bajo los nombres de mi gran amigo Hugo Funes y Ricardo Santiago.
También en el fútbol Alumn, marcó mi vida. Desde pequeña acompañaba a mi papá a la cancha; él para no quedarse sin lugar, llevaba temprano el camión de la Barraca y lo dejaba estacionado, con tan mala suerte que siempre quedaba en la hinchada de visitantes, y desde ahí veíamos el partido. Este problema no estaría hoy ya que la Marcos P. Retrivi está remodelada y toda señalizada.
Durante muchos años acompañé al equipo a todos los partidos. No me importaba si debía hacer muchos kilómetros sentada en la caja de una camioneta, al rayo del sol, o con frío (claro está que en esa época los años y la salud me permitían hacerlo).
Se vinieron los campeonatos del 84, del 88, este último creo que lo presentí, porque con mucha anticipación hice una carpeta de recortes del fútbol, como si supiera que saldríamos campeones y que tendría ocasión de mostrarla. Este año la entregué para hacer un documental sobre el Campeonato en que Alumni subió a Primera, hace de eso ¡25 años! Mi afecto y reconocimiento a todos los jugadores y, aquí nuevamente, no quiero caer en olvidos involuntarios. Bajo el nombre de dos arqueros fallecidos incorporo a todos. Tío Beto ¡grande Gordo! Y Beto Pagola que defendieron las vallas de Alumni.
Alumni ofrece hoy un hermosa estructura edilicia. En estos últimos años se hicieron muchas reformas entre ellas el piso flotante. Recuerdo que con Pachi y Candela Doladé pintamos el logo del Club a muchos metros del piso. Mi Dios ¡qué temblor de piernas arriba de esos andamios inmensos y eso que yo era la que estaba más abajo!
Para desarrollar actividades gauchescas la Comisión directiva ha acondicionado el Campo de Doma donde realizan eventos como domas, prueba de riendas y de sortija. ¡Una verdadera fiesta! Y para movilizar a los jugadores adquirieron un micro, concretando así un largo sueño.
Dije al comienzo que iba a reflejar en unas pocas palabras lo que significó y significa para mí el Club Alumni. No fueron pocas. . . Es tanto lo que tengo para decir. . . ¡y tanto lo que he omitido! Pero no puedo terminar sin dejar de reconocer a aquel pionero Felipe del Hoyo, Primer Presidente y a al actual Orlando Montenegro. Pero ,por sobre todas las personas agradecer a mi viejo, Pecho Valbuena, que desde muy chica me llevó prendida a sus pantalones cada vez que iba al Club.
No puedo negarlo: tengo 2 camisetas en mí: La de la Escuela 17 en la que me crié, me eduqué y trabajé durante 40 años y la del Club Alumni donde jugué, bailé, acompañé, y trabajé. La plaqueta que me entregaron para los 90 años de la institución reconociendo mi labor está no sólo en un lugar privilegiado de mi casa sino en mi corazón.
ALUMNI ¡¡¡TE QUIERO!!!!!


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