Corrían los últimos
años del siglo XIX y los jóvenes de España, (entre ellos los del
País Vasco) debían defender
los derechos que tenía el país fuera de la península ibérica, en
este caso concretamente en Filipinas, colonia española. Pues allí
fue a luchar desde Deba, Guipúzcoa, mi abuelo José María
Aguirregabiría y luego de tres interminables años logró regresar
al hogar de sus padres. Pero ya nada sería igual para él, por lo
tanto decidió emigrar a América del Sur en busca de nuevos
horizontes.
Subido a un barco
abandonó para siempre su tierra natal del Caserío Ugarte Berri, en
la provincia de Guipúzcoa, en España. Después
de cruzar el mar Cantábrico y océano Atlántico llegó alrededor
del año 1895 al puerto de Buenos Aires, pero como traía los datos
de otro vasco que vivía en Tres
Arroyos bajó a la pampa húmeda.
Se estableció en un campo tresarroyense (donde hoy está
ubicado el Aero Club), realizando tareas de tambo y proveyendo de
leche así por muchos años a la ciudad ( la misma actividad que
hacían en el Caserío).
Se casó en Tres Arroyos con mi
abuela Joaquina Hardoy, de Micaela Cascallares, el 15 de octubre de
1910 y tuvieron tres hijos: Luis, Faustino y Nélida.
Los siguientes
años fueron muy prósperos para los tamberos y
mi abuelo pudo así comprar
una pequeña extensión de campo. Después
de varias horas en una Villalonga
tirada por dos caballos, se trasladaron
mis abuelos y sus hijos , el 1 de mayo de 1918, a la zona de Orense.
Mi padre, Faustino Aguirregabiria (TINO) , nacido el 26 de enero
de 1914, contaba en ese entonces con sólo cuatro años. Allí en el
Establecimiento “El Pial”creció y sobresalió por su espíritu
de hombre que no le ha temido al trabajo, habiendo realizado todas
las tareas propias del campo, muchas veces en forma precaria. Por su
amor y tesón de vasco fuerte fue
un ejemplo de lucha y dedicación a los suyos. Se casó con mi madre,
Ilda Fanny Lanusse ( VIEJA) el 11 de mayo de 1949, y nacimos de esa
unión: Miguel Angel, Hilda (Negra), Héctor ( Negro) y Liliana.
Dispuesto papá a salir adelante y sorteando cualquier
inconveniente con entereza, permitió que mi hermana y yo
estudiáramos en La Plata, y que mi hermano Negro pudiera aprender
(colaborando con él) las tareas agropecuarias. Pero hubo otras cosas
que mi padre nos enseñó. Aprendimos a valorar lo poco y lo mucho, a
ser agradecidos y tener la fuerza característica de él, de lucha
ante las adversidades. Vivió en el campo desde 1918 hasta 1988, para
trasladarse luego al pueblo de Orense. Lo tenía merecido “a ese
descanso” y allí disfrutó de sus hijos y nietos, pasando en
muchas oportunidades muy lindos momentos. Por eso, agradezco a la
vida que ésta tierra argentina recibió a mi abuelo, quien pudo
tener su modesto campo, que luego hizo muy felices a mis “grandes
padres TINO Y VIEJA”, y que por ellos yo pude nacer y criarme en un
pueblo tan querido y bondadoso como : ORENSE. ¡Gracias
abuelo! ¡Gracias papá!
Hilda
Aguirregabiria ( Negra)
En memoria de mis
padres TINO Y VIEJA, y de mi hermano Negro.
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