sábado, 4 de mayo de 2013

La educación en la década del 50 al 60




De Nélida Cabo

      Quisiera poder hilvanar palabras que describan el esfuerzo  que significó para los chacareros  dar una formación escolar  a sus  hijos hace 60 años.  Y quisiera hacerlo despojando mi relato de toda subjetividad. Porque si para los padres fue  una tarea complicada, no lo fue menos para nosotros que éramos los protagonistas de ese hecho.
     Se me hace muy difícil pero lo voy a intentar.
     Difícil ¿por qué? Porque yo vivía en el campo a 15 kilómetros de Orense y el vehículo que nos movilizaba hasta el pueblo era un Ford A (en el mejor de los casos, porque recuerdo haber  venido a hacer las compras en sulky). Difícil porque  mi padre debía trabajar el campo y mi madre dedicarse a las tareas de la casa. (Para el caso era lo mismo, porque, aun cuando mi madre tuviera alguna ayuda en el quehacer  diario no sabía conducir un auto,  lo cual significaba que  para venir al colegio siempre debíamos contar con el hombre de la casa o con el de algún campo vecino).
    ¿Cuáles eran las opciones para que los niños que vivían en el campo aprendieran a leer y escribir?
   Las pensiones familiares.
   Las maestras particulares.
   El pupilaje en el Colegio San José.
   Las “pensiones”  eran casas de familia donde se alojaba a los niños de lunes a viernes (o de marzo a noviembre aquellos que venían de otras ciudades) y donde la dueña de casa hacía las veces de madre, y se ocupaba de ayudarlos en todas las tareas escolares e ,inclusive, iniciarlos en sus prácticas de higiene, salud, etcétera.
    Algunos chacareros  se ponían de acuerdo y ocupaban una  “maestra particular”, que era una docente  que se alojaba en una de sus casas, y hasta ella iban los niños vecinos a  clase. Periódicamente concurrían a una escuela oficial, y allí acreditaban sus aprendizajes y promovían de año. No siempre era una docente con título. A veces eran personas entusiastas en el arte de transmitir lo que sabían y oficiaban de maestras.
   Debo aclarar que en esa época la escuela primaria se componía de 1er grado inferior , 1ro superior, 2do. 3ro. 4to. 5to y 6to.
   En mi  caso particular mis padres decidieron para “ahorrar tiempo” que rindiera 1ro inferior y superior en un mismo año con una maestra particular, y luego acreditara ambos grados en la Escuela 17.Yo pienso que el ahorro no era sólo de tiempo, lo era también de esfuerzo y de dinero.
     Ya en 3er grado ingresé como pupila en el Colegio San José hasta egresar .Gracias al “ahorro de tiempo” tenía en ese entonces 7 años.  Muy pequeña para estar toda la semana lejos de mis padres. No quiero justificarme pero creo que fue gracias a  esta situación que me “inventaba “ dolencias. La más común era una “puntadita” que me tomaba en el lado derecho del vientre ni bien llegaba a la escuela. ¡Ojo! a  veces me daba antes de salir del campo y  ahí tenía la posibilidad  de estar un rato más en  mi casa (no sé si mi dolencia era premonitoria o no, pero, 30 años más tarde debí operarme de apendicitis. Como pre quirúrgico un poco largo el período ¿no?)
  Seguramente  también por extrañona  manifesté  alegría cuando se incendió un campo vecino y mi padre fue a colaborar en la extinción del fuego. Ustedes dirán ¡qué feo ¡ ¿no? disfrutar del mal momento de un vecino. Pero, lo único que me importaba era estar un poco más en mi casa. 
   Volviendo al inicio de este relato, dije que quería hacerlo despojado de subjetividad y sinceramente creo  que la experiencia mía no fue ni mejor ni peor que otras. Recuerdo a una compañera de grado a la que llevaban en sulky  y que sin dudas sufriría más de las inclemencias del tiempo que los que estábamos pupilas. Tengo presente a compañeros que muy lejos de sus familias se hospedaban en pensiones y visitaban a sus padres una vez al año.  Y comparto la experiencia de quién viviendo más cerca del pueblo  caminaba una hora para llegar a la escuela y otra para regresar al hogar.
   No he querido significar que  fuera  tan doloroso  hacer escuela. Así eran las cosas en este Orense  que está cumpliendo 100 años. Los medios de transporte eran otros. Las obligaciones eran otras. Las calles… Todo se correspondía con un pueblo que recién nacía.
     

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