lunes, 17 de junio de 2013

El jardín 904 cuenta su historia Ana María Aguirregaribía


Soy el Jardín 904 y quiero contarles algunas cosas sobre mí, mi historia, que es un pedacito de otra más grande, la de mi pueblo: ORENSE.
Comenzaré contándoles que comencé a funcionar en 1968, en un espacio que nos cedió la Escuela N°17, donde se habilitaron dos salas a las que concurrían solo veinte niños de 3,4 y 5 años a cargo de tres docentes.
¡Cuánto por hacer! Debían organizarme todo, adornarme, amoblarme, proveerme de juguetes, materiales, juegos para el patio, entre otras muchas cosas….
Escuchaba a las maestras que no sabían por dónde empezar pero pensando y conversando surgieron ideas: la primera y más importante fue llamar a los padres de los pequeños y hacerles conocer mis necesidades para que pudiera funcionar como un verdadero Jardín de Infantes. Ellos, orientados por las docentes decidieron formar una Cooperadora la que, desde ese momento y por siempre fue mi compañera inseparable.
Y así empezó otro año escolar en el año 1969, y ya se comenzaban a ver mis primeros cambios. ¡Qué contentos estaban los chicos! Ya contaba con mesas y sillitas adecuadas para ellos, juguetes en distintos rincones y mis paredes empezaron a alegrarse con dibujos y adornos y en mi patio lucían los primeros juegos…
Pero, como siempre había algo más por resolver: la matrícula aumentaba muy lentamente y había que mejorar ese aspecto. A ello se abocaron mis maestras disponiéndose a visitar a todas aquellas familias que tuvieran niños entre 3 y 5 años, para hacerles conocer la importancia de la Educación Inicial. Estas visitas se realizaban después del horario escolar. ¡Cuántas anécdotas escuché sobre estas visitas! Algunas causaban mucha gracia, pero no todas fueron felices ni exitosas.
Tal vez, los padres que ya confiaban a sus hijos a las maestras jardineras influyeron en aquéllos que todavía dudaban y así, de a poco, fui creciendo…
Ya en 1975 tuve tres salas y aumentó el número de maestras, entre ellas llegó por primera vez una maestra de música que alegró a todos con las canciones propias de todos los Jardines.
Mi evolución fue constante y llegué a tener cuatro salas, más docentes y profesor de Educación Física. ¡Qué feliz me sentía! Cada vez llegaban más pequeños a mis salas.
Mis docentes, las de antes al igual que las de hoy, realizaban una tarea muy agradable, con esa magia que caracteriza a las jardineras, capaces de llevar a los niños “como jugando” a descubrir el mundo…
Ahora sí mis salas se colmaban cada año más y por ello me remodelaron y ampliaron pero así y todo, mi espacio seguía siendo reducido y comenzaron a pensar en un NUEVO EDIFICIO, un sueño que parecía inalcanzable. Mi gente se abocó a cumplir ese sueño y después de mucho tiempo llegó la gran noticia: tendría un edificio nuevo, amplio, lleno de sol, con espacios acogedores, en fin, una construcción moderna y funcional.
¡Qué maravilla, la realidad había superado el sueño! Y así fue que en julio de 1997 comenzaron a disfrutarme. Entonces festejaron y festejaron, padres, niños, docentes, cooperadores formaron un largo tren para recorrerme y conocerme.
Posteriormente, en el año 2002 comenzaron a proyectar el Jardín Maternal y tres años después llegaron a mis salas chiquitos de 2 años. De esta forma se cumplió otro de mis sueños y así seguirá mi historia…
En todos estos años aprendí que la dedicación, el esfuerzo y el amor por lo que se hace es lo que lleva al progreso de las instituciones lo que redunda en beneficio de nuestro querido pueblo de Orense.
¡FELICES 100 AÑOS TE DESEA TODA MI COMUNIDAD!


Docentes jubiladas del Jardín de Infantes N°904


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