Soy
el Jardín 904 y quiero contarles algunas cosas sobre mí, mi
historia, que es un pedacito de otra más grande, la de mi pueblo:
ORENSE.
Comenzaré
contándoles que comencé a funcionar en 1968, en un espacio que nos
cedió la Escuela N°17, donde se habilitaron dos salas a las que
concurrían solo veinte niños de 3,4 y 5 años a cargo de tres
docentes.
¡Cuánto
por hacer! Debían organizarme todo, adornarme, amoblarme, proveerme
de juguetes, materiales, juegos para el patio, entre otras muchas
cosas….
Escuchaba
a las maestras que no sabían por dónde empezar pero pensando y
conversando surgieron ideas: la primera y más importante fue llamar
a los padres de los pequeños y hacerles conocer mis necesidades para
que pudiera funcionar como un verdadero Jardín de Infantes. Ellos,
orientados por las docentes decidieron formar una Cooperadora la que,
desde ese momento y por siempre fue mi compañera inseparable.
Y
así empezó otro año escolar en el año 1969, y ya se comenzaban a
ver mis primeros cambios. ¡Qué contentos estaban los chicos! Ya
contaba con mesas y sillitas adecuadas para ellos, juguetes en
distintos rincones y mis paredes empezaron a alegrarse con dibujos y
adornos y en mi patio lucían los primeros juegos…
Pero,
como
siempre había algo más por resolver: la matrícula aumentaba muy
lentamente y había que mejorar ese aspecto. A ello se abocaron mis
maestras disponiéndose a visitar a todas aquellas familias que
tuvieran niños entre 3 y 5 años, para hacerles conocer la
importancia de la Educación Inicial. Estas visitas se realizaban
después del horario escolar. ¡Cuántas anécdotas escuché sobre
estas visitas! Algunas
causaban mucha gracia, pero no todas fueron felices ni exitosas.
Tal
vez, los padres que ya confiaban a sus hijos a las maestras
jardineras influyeron en aquéllos que todavía dudaban y así, de a
poco, fui creciendo…
Ya
en 1975 tuve tres salas y aumentó el número de maestras, entre
ellas llegó por primera vez una maestra de música que alegró a
todos con las canciones propias de todos los Jardines.
Mi
evolución fue constante y llegué a tener cuatro salas, más
docentes y profesor de Educación Física. ¡Qué feliz me sentía!
Cada vez llegaban más pequeños a mis salas.
Mis
docentes, las de antes al igual que las de hoy, realizaban una tarea
muy agradable, con esa magia que caracteriza a las jardineras,
capaces de llevar a los niños “como jugando” a descubrir el
mundo…
Ahora
sí mis salas se colmaban cada año más y por ello me remodelaron y
ampliaron pero así y todo, mi espacio seguía siendo reducido y
comenzaron a pensar en un NUEVO EDIFICIO, un sueño que parecía
inalcanzable. Mi gente se abocó a cumplir ese sueño y después de
mucho tiempo llegó la gran noticia: tendría un edificio nuevo,
amplio, lleno de sol, con espacios acogedores, en fin, una
construcción moderna y funcional.
¡Qué
maravilla, la realidad había superado el sueño! Y así fue que en
julio de 1997 comenzaron a disfrutarme. Entonces festejaron y
festejaron, padres, niños, docentes, cooperadores formaron un largo
tren para recorrerme y conocerme.
Posteriormente,
en el año 2002 comenzaron a proyectar el Jardín Maternal y tres
años después llegaron a mis salas chiquitos de 2 años. De esta
forma se cumplió otro de mis sueños y así seguirá mi historia…
En
todos estos años aprendí que la dedicación, el esfuerzo y el amor
por lo que se hace es lo que lleva al progreso de las instituciones
lo que redunda en beneficio de nuestro querido pueblo de Orense.
¡FELICES
100 AÑOS TE DESEA TODA MI COMUNIDAD!
Docentes
jubiladas del Jardín de Infantes N°904
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