miércoles, 12 de junio de 2013

Orense crece . . . de Nélida Cabo

Muchos pueblos pequeños han ido desapareciendo absorbidos por las ciudades cercanas. Sus pocos habitantes deben hacer grandes esfuerzos para mantener las instituciones y, cuando no lo logran, emigran en busca de mejores condiciones de vida . . .
Orense está bastante alejado de esta realidad y aunque lentamente sigue creciendo y cada vez ofrece mayor bienestar a sus vecinos.
Pensando en esto es que vienen a mi memoria momentos vividos en una de las tantas instituciones que hay en nuestro pueblo. . .
La Escuela 17 es una escuela pública que se sostiene impecable, a pesar de la antigüedad del edificio, gracias al aporte de su comunidad. Muchas veces, autoridades del distrito y también de la provincia, han manifestado su orgullo al ver el estado en que se encuentra.
Y es así, gracias al compromiso de su personal, al cariño de sus alumnos y ex alumnos, a la participación de los padres y (sobre todo) al esfuerzo de la Asociación Cooperadora y del pueblo de Orense.
Uno solo de estos grupos trabajando por separado no lograría ningún resultado pero todos juntos logran grandes cosas…..
Recuerdo especialmente un ejemplo de trabajo coordinado cuando, en vísperas de un aniversario de la escuela, y pensando que para vestirla de fiesta el día de su cumpleaños haría falta mucho dinero, nació la iniciativa de sembrar los costados de la ruta. . . Fue una tarea ¡muy difícil! Hablar con Vialidad, solicitar permiso a los vecinos, emparejar el terreno, ¡y luego pasar a la tarea concreta!
Padres , ex alumnos y vecinos que tenían maquinarias para realizar tareas de roturación y siembra, hacían el trabajo dedicando los fines de semana (ellos o sus empleados) algún voluntario juntaba leñas y les hacía un asadito a mediodía… y, a media tarde ¡Aparecía un grupo de señoras que les llevaban mate y tortas recién elaboradas!
Como el terreno no había sido trabajado por años , las hormigas se habían adueñado de él y amenazaban con devorar las tiernas plantas de girasol que iban brotando. ¿Quienes las combatían? Las damas del Club de Madres, los docentes y los alumnos que los sábados por la tarde iban nada menos que ¡a matar hormigas!
Primero el verde follaje y luego las hermosas cabezas amarillas del girasol daban de qué hablar en los viajes a Tres Arroyos transitando la ruta . Todos nos convertíamos en chacareros y comenzábamos a aventurar rindes. . .
Hasta que llegó la época de la recolección …. ¡Qué satisfacción ver las máquinas cosechando lo que con tanto esfuerzo se había sembrado! Satisfacción que aumentaba cuando se vendía “en lo posible de a 1 semilla”(a decir de un miembro de Cooperadora) para ir solventando los gastos que surgían.
Este es solo un ejemplo. Hoy los tiempos han cambiado y, no será sembrar la ruta, pero siempre hay un evento que convoca al pueblo para recaudar fondos para alguna institución.
Más allá de lo que significa para la economía de quien organiza, es bueno ¡muy bueno! el trabajo compartido, el sentarse junto al otro para organizar, el intercambio de ideas y , sobre todo, el iniciar a nuestros hijos en el trabajo participativo .
Mientras ese entusiasmo no decaiga Orense seguirá creciendo a la par de sus instituciones.


Nélida Cabo

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