lunes, 17 de junio de 2013

ELLAS, las Señoras de la Liga de María Claudia González Boedo


Hay una frase que reza: “No es porque las cosas son difíciles que no nos atrevemos. Es porque no nos atrevemos que son difíciles.” Ese fue y será siempre el desafío. Atreverse. Animarse. Y... ellas se animaron.
Orense. Década del 70, un grupo de señoras se juntaron, no por un hecho fortuito sino porque se buscaron. Se eligieron. Decididas a enfrentar un desafío factible: “Ayudar a la comunidad”. Formaron la Liga de Beneficencia, y en ella volcaron el alma y el corazón.
Muchas veces las circunstancias, las necesidades y elecciones sitúan a las personas en roles diferentes. Las adversidades, las dificultades forman parte de la vida. Están para despertarnos. Muchos las enfrentan, unos las ignoran. Otros les temen.
Algunos ante la desesperanza dejan todo en manos del destino olvidándose de su capacidad de ser proactivos. Otros se ven superados perdiendo una necesidad humana básica que es el sentimiento de permanencia; y otros muchos, ante la asimetría con que cada uno juzga la cadena de obstáculos, pasa por una entramada de crisis de valores, ideales y deseos.
Pero en toda cadena se debe buscar algún eslabón diferenciado. Ese fue y ese es la Liga de Beneficencia. Porque siempre supieron que la solidaridad es mucho más que una actitud de desapego, que no hay que comparar las diferencias sino los parecidos, y que intentando lo imposible es como se alcanza lo posible.
Se llamaban, se reunían, pasaban horas organizando eventos, recorriendo la localidad, se abroquelaban pero no cesaban en sus intentos de gestión porque sabían que el fin requería de ir sumando voluntades. Fueron muchas, hoy son menos, pero con los mismos principios y valores referentes de su esencia.
Orense las siente y Orense las ve, desde hace años luchar con perseverancia, con paciencia, con coraje, conscientes de la pertinente importancia de ser constantes. Cada logro alcanzado son gratificaciones que atesoran en sus almas, pero también son grageas de esperanza y entusiasmo para cada nuevo reto… Uno más… y son tantos...
Orense las encuentra con su impronta en el anuario que nos marca el tiempo desde la plaza, y también en el arado de reja que simboliza el trabajo rural en la fertilidad latente de la tierra. Pequeños muestrarios físicos que hacen que el tiempo no fagocite la memoria.
Pero están aun más presentes en cada gesto de nobleza, en cada compromiso genuino asumido con dignidad, en la entrega de sus tiempos, en enseñar que no hay que ser anodinos en sueños, en que cada obstáculo representa una oportunidad de lucha para mejorar una condición, y en que todos necesitamos del otro.
Ellas , las señoras de la Liga, supieron y saben de ejemplos.
María Claudia González Boedo
17 de Junio de 2013.

Homenaje a Berta Boedo, a las señoras de la Liga que ya no están, y a las que siguen estando porque fueron y son protagonistas de esta historia de amistad y de servicio.


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