Si por
algo, el pueblo de Orense puede definirse como una comunidad afortunada,
es sin lugar a dudas por la destacada trayectoria de tantos años del Médico
Clínico Cirujano Doctor Abel Baigorri. Un orensano por adopción,
natural de la provincia de San Juan que arribó a esta localidad a mediados del
siglo pasado.
El
Doctor Baigorri había nacido el 2 de enero de l924 en el departamento
Desamparados de la mencionada provincia, en el seno de una familia constituida
por nueve hijos. Su padre era médico y a decir de las palabras de su hijo
"el entorno que me rodeó desde pequeño, la familiaridad permanente
con la profesión de mi padre, el contacto asiduo con los libros y la admiración
que me profesaba su imagen, me marcó profundamente. De ahi el fuerte deseo
de ser lo que era mi progenitor".
César
Basilio Baigorri, su padre, era un hombre muy recto y de una gran capacidad
intelectual, se desempeñó en los cargos de ministro y diputado en su provincia
natal. Contaba el doctor que los tiempos eran difíciles, épocas de
grandes crisis para la Argentina, él y sus hermanos vestían en forma
modesta, pasándose la ropa unos a otros con visibles remiendos, pero se sentían
igualmente felices. Para su familia el estudio era la mejor herencia
posible y no se equivocaba. Cursó así sus estudios universitarios en la ciudad
de La Plata y las prácticas médicas en el Hospital Policlínico de la ciudad de
Buenos Aires.
En
aquel momento de juventud y estudio supo tener como compañero al eminente
Doctor René Favaloro.
Luego de ejercer algunos años la medicina en la ciudad pre cordillerana de
Barreal y ya habiendo contraído matrimonio con María de las Candelas Alonso le
surgió la posibilidad de trasladarse a nuestro pueblo. A través de un
llamado telefónico y del apoyo de su cuñado el señor Rubén Alonso, concretaron
el viaje.
Llegaron a Orense el 9 de Julio de l956. Trabajó como médico de policía durante
trece años. En el año l959 comenzó su labor en la Sala de Primeros Auxilios
donde concurrió casi treinta años.
También
se dedicó y ejerció como profesor en el Instituto Privado General José de San
Martín alrededor de siete años. Quienes tuvieron el privilegio de presenciar
sus clases, tuvieron el placer de observar magistrales prácticas docentes de
una didáctica formidable, logradas por la pasión que les imprimía.
Aquí
en Orense, nacieron sus tres hijos, María Candelas, Laura y Abel, a quienes
educó en los valores esenciales de la vida.
Sabemos
de la humildad que lo caracterizó, de su pasión entrañable por la lectura, de
su ambición por saber siempre más, por perfeccionarse, aún después de haber
abandonado la práctica de la medicina. Sabemos de su entrega a nuestra gente,
dando lo mejor de sí, de su profesionalidad. Sabemos de un ser generoso,
íntegro, honesto, pero por sobre todas las cosas sinceramente humano. Sabemos
de su férrea convicción religiosa, era un respetuoso absoluto de la
vida y un abanderado de la ética y la moral.
Así fue el Doctor Abel Baigorri, nos enseñó con el ejemplo - quien ejerce mayor
influencia que las palabras sobre las personas-. Fue un hombre que nos enseñó
con la coherencia de sus actos, nos apuntaló con la indeclinable posición de
jamás pactar con lo que no fuese estrictamente correcto. Supo despertar la
admiración, con su forma campechana y sencilla se ganó el afecto de todos. Lo
vimos en el esfuerzo de noches de vigilia por sus enfermos, de la frenética
carrera contra el tiempo, en la odisea que significaba la visita a domicilio
cuando las calles eran de tierra y la lluvia torrencial apremiaba. Lo
conocimos en el diagnóstico probo y acertado. De seguro habrá tenido sus
desaciertos, era un ser humano, pero siempre fue con la verdad, con la palabra
empeñada y defendiendo la vida.
Nos
dejó un inmenso legado de enseñanza y de amor. Su recuerdo jamás se disipará
porque su obra ha sido fecunda.
Lo
recordamos y lo extrañamos.
¡GRACIAS
INFINITAS DOCTOR ABEL BAIGORRI!
de Alejandra Debesa