viernes, 12 de julio de 2013

La Virna Lisi, historias del rock orensano, de Gonzalo Doladé





Cuando tenía 14 o 15 años, habrá sido el verano del 98, mi hermano Diego me llevó a ver a la legendaria “Chagatas Blues”, a partir de ahí no pude pensar en otra cosa que no sea tener una banda. Eso sí, primero tenía que aprender a tocar algún instrumento. Y ahí tuvo mucho que ver un gran amigo de aquella época, Agustín Lara. El me enseño todo lo que sabía por el simple hecho de compartir la música, y eso no tiene precio. Más teniendo en cuenta que hoy la música, es mi medio de vida.
                De  ahí en adelante surgieron diferentes formaciones musicales, algunas de ellas más que pasajeras y otras no tanto, una de ellas fue “El Ventilador” ( Pancho Fresard en batería y voz, Emanuel Hartstock en guitarra  y voz, Luciano Dumayre en guitarra, Gastón Nievas con una guitarra que usábamos de bajo y yo en guitarra), que si bien duro sólo un verano, (el verano del 2000), tengo recuerdos de aquella banda como si hubiésemos tocado juntos 2 o 3 años.
                Pero mi banda, la que siempre será mi banda, esa es La “Virna Lisi”,  principalmente porque la compartí con amigos. Con Emanuel Hartstock y Marcelo Pardo teníamos la intención de formar una banda, pero teníamos un serio inconveniente, no teníamos baterista, y el único baterista joven en todo el pueblo era Damián González, que no solo era el único sino que además era muy bueno, asique era más que solicitado. Pero lo fuimos a buscar y él rápidamente se sumó a lo que ahora sí podíamos llamar una banda. Rápidamente vinieron la primeras presentaciones, el debut, en Burbujas pub, en junio del 2001 donde recuerdo que hicimos solo 6 canciones como teloneros de la banda “Malas Capas”, de solo recordarlo me vuelvo a poner nervioso como aquella vez. Ese sentimiento magnifico que se siente antes de tocar, y que hoy en día todavía me atraviesa cada vez que tengo una presentación. En unos pocos días ya tuvimos que tocar solos en el bolichedel pueblo que por aquella época creo que se llamaba La Luna. De ahí en adelante no paramos de tocar: Tres Arroyos, Claromecó, Necochea, San Cayetano, Fiestas de la primavera, eventos a beneficio, El Califa, Jamaica, Friends, Parada 69, Dunas, cualquier lugar era bueno para tocar. De cada viaje o de cada show surgían miles de anécdotas. Desde viajar 5 personas en un  Citroën hasta la playa con todos los instrumentos, y tener que ir tirándonos del auto en movimiento para que pueda subir las lomas, hasta viajar en el medio de transporte menos indicado si te toca un día de lluvia torrencial, o que la policía venga  a clausurar el bar cuando recién arranca el show, y tantos otros buenos recuerdos. Por la razón de que Demi ya no podía tocar siempre con nosotros, se sumó a la bandaSebastián Loreto, una excelente persona además de un eximio baterista. Y desde la primera vez que tocamos juntos pareció que habíamos tocado juntos toda la vida. Más allá de algún final de canción en solitario que Seba tuvo que hacer y que muy bien recordará.
                Creo que de todos los lugares donde tocamos, tocar en el balneario Orense era lo mejor que nos podía pasar, siempre con el asado previo, y rodeados de amigos que después, como siempre, irían a hacernos el aguante. Los mismos amigos que una vez nos hicieron dejar todo lo que habíamos cobrado en la barra de algún pub,  porque habían tomado toda la noche a cuenta de la banda, claro que no nos importaba, solo nos importaba tocar. Recuerdos que producen cierta nostalgia pero que tuvimos la suerte de vivirlos juntos, y en el momento indicado de nuestras vidas. Cuántos viajes, cuántos ensayos, cuántos invitados a tocar. Algunos grandes músicos como Mario Fernández, otros un poco más aficionados, pero todos con la misma pasión y entusiasmo. Lo recuerdo a Tato Ricupero ensayando apasionadamente con nosotros en Dunas con esa hermosa voz grave y quebrada, cuando todos lo estaban esperando para el bautismo de su sobrina en la capilla.
Con el tiempo la banda mejoro, creció, desde hacía un tiempo ya tocábamos nuestros propios temas, compuestos por Ema y arreglados por la banda. Esos temas que solo puedo tocar si toco con ellos, sino no puedo, no es lo mismo. Fuimos teloneros de una banda reconocida del Rock Nacional como los “Ratones Paranoicos” allá por mayo del 2003 y grabamos algunos cds, el primero creo que por el verano del 2004.
Cuando fue la última vez que tocamos juntos no me acuerdo, me acuerdo el momento, claro, pero no la fecha. De todas maneras no importa, porque sé que la Virna va a volver, porque es una de esas bandas eternas, de esas que siempre vuelven. Tal vez como una excusa para juntarme con mis amigos, tal vez porque sé que lo vamos a disfrutar como siempre. Por ahora, la Virna descansa esperando el momento justo para volver a escribir una nueva página de la historia del Rock Orensano.
Doladé Gonzalo

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