Allá por marzo de 1971, salía de General Mosconi (Provincia
de Salta), a unos 2300 kilómetros de aquí, un joven de 21 años, con muchas
ganas de seguir su sueño de ser jugador de fútbol, porque los jóvenes de
nuestro país buscan oportunidades aunque se presenten muy lejos de su ciudad
natal. No venía solo, lo hizo con un compañero que luego se hicieron amigos, y
hasta llegaron a ser compadres.
Viajaron cinco días en tren hasta Buenos Aires, más el viaje
a Tres Arroyos, para llegar a Orense donde lo estaban esperando.
De casualidad en la terminal de Tres Arroyos, se encontraron
con un ex jugador de Huracán que en ese momento lo hacía en Río Negro, y este
les propuso jugar para su equipo. Sin haber llegado aún a Orense emprendieron
una nueva aventura, pues viajaron en un Fiat 600 tres personas hacia Río Negro, quedando en sus
recuerdos las anécdotas de dicho viaje.
En diciembre de ese mismo año, ambos volvieron a su pueblo
natal para las tradicionales fiestas, y en marzo siguiente, decidieron emprender
viaje a Orense, esta vez sí llegaron a destino, un 14 de marzo de 1972.
Así fue como Manuel Ortiz comenzó a jugar en Alumni,
teniendo un contrato con sueldo, casa, y comida hasta el mes de diciembre, pero
esta historia no termina aquí, porque en ese período, conoce al amor de su
vida, su esposa, comprometiéndose antes de volver a Salta.
Por su destacada actuación en Alumni, en 1973 lo contrató
Huracán de Tres Arroyos para jugar en su equipo, participó en la selección de Tres
Arroyos, en el Nacional B y en distintos campeonatos de la zona.
Siempre radicado en Orense, volvió a jugar en Alumni y
cuando decidió dejar la profesión se dedicó a enseñar a categorías inferiores.
Hace ya 40 años que vive aquí, y se siente un orensano más,
junto a la hermosa familia que supo formar.
Uno de los placeres de los que disfruta es el de recibir la
visita de su familia del norte que también se enamoró del paraíso donde eligió
vivir.
Y para finalizar, lo hacemos con una frase que nunca se
cansa de repetir: “estoy muy orgulloso de lo que el destino me jugó en suerte”.
Stella Yanacone, en adhesión al centenario de Orense.
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