lunes, 15 de julio de 2013

Honrar la vida, de Paula Fernández




En vísperas del Centenario de Orense es propicio reconocer y homenajear a una persona sencilla, solidaria, emprendedora, optimista y, fundamentalmente, “soñadora”: hablo del SEÑOR ALBERTO RAMOS.
Mirarlo a la cara “emociona” porque sus ojos trasmiten transparencia y mucha paz.
Dialogar con él significa tener el honor de escuchar sabias palabras, conceptos que marcan un rumbo, ideal para que las escuchen los adolescentes, porque es un ejemplo a seguir.
Desde la época que iba en bicicleta a Cristiano Muerto a visitar a su novia (quien después fuera su esposa) o tal vez antes, Alberto SOÑABA con tener una casa y una fábrica. Sueño que se hizo realidad gracias a su carácter emprendedor.
Comienza a los diecinueve años con las primeras cosas en hormigón (mesadas, escalones), los realizaba con una máquina vieja que era “un rejunte de hierros”. Más tarde con la ayuda del Señor Saenz Rosas que le salió de garantía para un crédito del Banco Nación compró los terrenos y realizó un galpón. También recibió ayuda del Sr. Anker Keergaard quien confió en su capacidad y realizó los trámites para otro crédito. Él fue su primer maestro de finanzas, una persona fundamental que lo guió y lo aconsejó.
Pasó por momentos comerciales buenos y otros de mucho sufrimiento como en la época del “Rodrigazo” o la crisis del 2001, en ambos casos “se luchaba por la supervivencia”.
Hoy en día, esta hermosa fábrica de Orense produce: bebederos para hacienda, comederos para feed Lot, Cercos olímpicos, lajas para caminos, bancos para parques, mesas y sillas para camping, anillos para cámaras y pozos ciego, etcétera. El sistema de trabajo ha cambiado, ahora se realiza la producción más rápida. Los productos elaborados se comercializan en la zona, pero también llegan a lugares lejanos como Bariloche, Zapala y Las Lajas. Es una interesante fuente de trabajo para los orensanos.
Lo importante es que Alberto, con sus setenta y tres años sigue “creando” productos y para ello está largas horas pensando y dibujando el elemento que tiene en mente. Apasionado por su trabajo piensa en presentar un proyecto que tiene que ver con un sistema de desagüe cloacal donde se evitaría la contaminación del agua y en base a esto fabricaría un producto premoldeado para poder llevarlo a cabo.
Su gente más cercana lo caracteriza como “único”, ¿a cuántas personas Alberto les dio un techo? Las instituciones de Orense y de la zona le deben mucho. Siempre ayudando y aportando ideas interesantes para beneficiar a los demás.
Como dice la canción: “permanecer y transcurrir no siempre quiere sugerir honrar la vida”
“Honrar la vida es erguirse vertical, más allá de la caídas”
“No es lo mismo que vivir, honrar la vida”
Sr. Alberto: Usted sí que honra la vida.
¡Mi más sincera admiración hacia usted!
Paula Fernández


1 comentario:

  1. HERMOSO COMENTARIO PAULA,LO PINTAS TAL CUAL ES,MUCHAS GRACIAS DE PARTE DE TONO Y MIAS

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